En
la penumbra de la carpa de verificaciones técnicas, podría pasar
perfectamente por los rockeros Billy Gibbons o Dusty Hill, los cantantes
del grupo ZZ Top, martilleando su sempiterna guitarra contra una KTM
450. Con sus 20 cm de barba entrecana, Andrew Scott tiene sin duda pinta
de aventurero rebelde. Un físico, el de este australiano de 45 años que
disputa su 2º Dakar, que responde quizás a su condición de minero
aurífero. “Mi primer Dakar fue en 2010 y ¡terminó en Fiambalá! Y encima
por desconocimiento del reglamento… En cualquier caso me ha picado el
gusanillo y estoy encantado de volver a tomar las pistas! Dicho esto, mi
objetivo es terminar la carrera, pero me siento más confiado porque
vengo mejor preparado y, sobre todo, porque mi moto es más competitiva.
No pretendo ser el más rápido del pelotón, ¡aunque quizás me baste con
ser el más barbudo para destacar! En cualquier caso, antes de tomar el
podio de salida tengo que recuperar el sueño perdido pues las 14 horas
de desfase horario entre Lima y Australia me tienen agotado…”
No hay comentarios:
Publicar un comentario